Laureano Bielsa, candidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires y referente de “Criptoperonismo”, En exclusiva para Multiviral comparte sus ideas sobre cómo abrazar la tecnología y adaptarse a los desafíos del siglo XXI. Reflexiona sobre la coexistencia de generaciones con realidades laborales diferentes y plantea la necesidad de renovar la doctrina peronista aggiornandola a un mundo en constante cambio  

La comunidad Criptoperonista, que tiene como cara visible a Laureano Bielsa (hijo de Rafael Bielsa), surge al calor de los cambios que se vienen suscitando a nivel mundial de la mano de la cuarta revolución industrial. A este grupo de jóvenes militantes los hermana una inquietud que les recorre el cuerpo: ¿cómo empoderar al nuevo sujeto político que está emergiendo entre software y pantallas? “Perón nació en un país agroexportador y se dio cuenta de que había una nueva forma de producir”, de esta manera, Laureano Bielsa interpreta que es el momento de pensar los derechos laborales del siglo XXI. “Necesitamos adaptarnos y aprender a sacarle el jugo a esta nueva revolución industrial”, concluye el candidato a diputado nacional por CABA

“El nuevo sujeto político ya no usa overol, sino que usa laptop, y son los pibes y las pibas que estamos buscando, cómo revalorizar nuestro trabajo en un contexto en el que el trabajo tradicional está totalmente devaluado.”

El objetivo de esta comunidad multidisciplinaria, que abarca distintos puntos de encuentro, como pueden ser las reuniones presenciales en el Espacio Cultural Almagro, donde invitaron a personalidades como el economista Carlos Maslaton, hasta los stream que realizan los días viernes en el programa “Se cayó el sistema” desde el canal Opi TV, tiene como finalidad armar un grupo de militantes que compartan el interés por aprender a interpretar la coyuntura local e internacional. “Nos juntamos a desarrollar una capa de conocimiento intuitivo sobre la tecnología que después va desarrollando un conocimiento específico”. Esta volatilidad en el conocimiento es una clara muestra de lo cambiante que es la actualidad cuando se la intenta abordar desde el punto de vista científico/tecnológico, pero lejos de apaciguarse, el criptoperonismo se amolda a los tiempos, “tratando de entender por dónde va este quilombito”.

En estos tipos de tanta actualización tecnológica ¿Crees que la doctrina debería aggiornarse a las necesidades de los trabajadores del año 2023? 

Hay que renovar la doctrina hoy nos gobierna una generación que, para bien o para mal, está hace 35 o 40 años en la primera línea de la política. Se formó en la generación militantemente de los 70 y tiene muchas dificultades para adaptarse a este periodo del mundo debido a que hicieron lo mismo durante mucho tiempo. Lamentablemente, está muy metido en su ADN entonces no les permite dar soluciones a problemas que están ahí desde hace mucho tiempo y que la dirigencia parece no tener respuestas coherentes, porque están pensando en un sistema que ya no existe más como ellos lo conocían.

Hay mucho miedo alrededor de la tecnología, da la sensación que ante lo desconocido es preferible no avanzar 

El ser humano se relaciona casi intuitivamente hacia el temor a lo desconocido. Cuando vos miras hacia adentro de un cuarto donde la luz está apagada, te da miedo la oscuridad, porque no sabes qué hay. Yo creo que es muy importante trabajar sobre la predisposición a estos fenómenos, porque si uno cambia la predisposición, gana la posibilidad de avanzar. A mí me gusta pensar en la tecnología como una herramienta que permite valorizar el trabajo del individuo y valoriza la parte colectiva de una empresa. Entonces, lo que tenemos que hacer es vencer nuestra autocensura y nuestro propio impulso que nos hace pensar que nosotros no estamos a la altura o no sabemos nada de tecnología

¿Cuál es tu perspectiva sobre el impacto de la inteligencia artificial y la tecnología en el futuro laboral y económico? ¿Crees que las personas pueden adaptarse y prosperar en este nuevo entorno?

Por lo general, tengo una visión bastante optimista del futuro, es mi forma de ser. Yo no veo que la inteligencia artificial, en el corto plazo, nos vaya a reemplazar. Creo que si alguien te va a reemplazar, probablemente sea un humano hiperproductivo, que va a incorporar estas herramientas y que va a hacer mucho más que vos al mismo tiempo. Entonces, si las incorporas, vas a pasar a ser un humano hiperactivo, sin pasar por la necesidad de tener que reemplazar a otras personas. Vas a poder hacer más cosas al mismo tiempo. Eso va a implicar que termines tu trabajo más rápido para poder disfrutar de tu familia o tus amigos. También, podes decidir tomar más trabajo para tener más ingresos. Hay muchas formas de encontrarle la vuelta a la revolución tecnológica y de creación de riqueza. Creo que las mayores terminales de temor suelen ser las personas que ya están fuertemente invertidas en el sistema anterior y son las que se les está acabando el negocio.

Tiene que ver con la actitud que uno le pone a la vida. Creo que dentro de todo, este fenómeno está muy bueno, porque es un fenómeno que democratiza el conocimiento, que nos abre muchas puertas, que nos permite vivir la vida de muchas maneras que hasta ahora no existía, y que también expone a los liderazgos negativos. En este momento, nadie tiene la posta, eso hace que cambie la forma de colaborar, por ende, de tener éxito, porque ahora tiene que ver con una cuestión mucho más colectiva y colaborativa que en otros momentos.

Sin embargo parece que la cultura del éxito hoy en día está más ligada a personas individuales 

Creo que estamos en un momento en el cual hoy ser un héroe individual acarrea un costo humano altísimo, quizás más alto que nunca antes, por el nivel de exposición que tenés permanentemente. A partir de cierto nivel de relevancia, tu vida es un reality, hermano, es un reality del que no vas a poder salir nunca más porque ya cruzaste ese umbral, ya hay gente del mundo que te conoce. Creo que es un momento muy interesante para estar vivo y es un momento en el cual se presentan todo el tiempo diagonales nuevas de tal manera que si vos no tenes una matriz de ideas organizadas donde puedas entender captar y capitalizar este momento se convierte en un bardazo donde te terminas volviendo loco 

Sos comunero en la Ciudad de Buenos Aires ¿Qué visión tenes de la vida que se lleva en las ciudades?

Hay una gran agenda del siglo XXI que es la agenda de la descentralización. Creo que hay algo que no es sostenible en el estilo de vida de las grandes urbes metropolitanas sin que al menos una parte de tu vida transcurra en otro ámbito, en una casita linda a la vera de un lago, cerca de un bosque. Tiene que ver con lo que estamos construyendo ahora y que está relacionado con cuál va a ser el paradigma de éxito, y que sera el paradigma de nuestra generación. Por ende, va a estar en construcción hasta que seamos viejos. Lo que yo siento de la ciudad de Buenos Aires es que tiene a favor una cantidad alta de recursos en comparación con cualquier otro centro urbano del país relacionado al valor agregado vinculado a la economía del conocimiento. Lo que hay que discutir es qué hacemos con esa tanda de recursos públicos que van a venir, si ayudamos a que este sector se desarrolle cumpliendo un compromiso con el país.

En la Ciudad de Buenos Aires se da mucho esta situación que vos mencionas de los trabajadores del Siglo XXI pero también están los trabajadores de la generación anterior. ¿Cómo percibis la coexistencia de estas dos generaciones con realidades laborales muy diferentes?

Siento que Argentina convive con una paradoja, que es la paradoja de la pobreza que nos queda de la generación anterior y que no termina de morir. Una generación que está muy deteriorada por varias razones: un capital que no se renovó y que tiene que ver con las crisis que trajeron las dictaduras, el modelo de valorización del dinero por el cual producir se volvió menos rentable que tener un plazo fijo. Ese conjunto de cosas que pasaron entre que Perón se fue del gobierno y la actualidad hace que ese sistema le dé mucho trabajo a mucha gente, que es mucho mejor que no tenerlo, pero que aún así no es el trabajo que tenían antes. Es un trabajo que te pone, con suerte, por encima de la pobreza. Eso convive con los beneficiarios de un nuevo sistema que tienen sueldos internacionales y que convive en la misma ciudad con los integrantes de la generación anterior 

Solo que uno está involucrado en la economía tradicional y el otro está invertido en la economía del conocimiento. Estamos viviendo ese proceso de transición. Necesitamos que a los que ya estaban les vaya mejor que puedan funcionar con la menor cantidad de problemas posibles que puedan pagar sus impuestos de manera fácil, sencilla y coherente con los ingresos que están teniendo, que tengan reglas de juego que los incentiven a seguir apostando por este país, para que no tengan que  irse a vivir a Uruguay, que es un embole.

En paralelo tenemos que  trabajar con los que están todavía invertidos en el sistema anterior, para no dejarlos en el camino, para generar puentes donde puedan engancharse en producir. Generando un puente para que cada vez haya más gente pasando de la economía vieja a la economía nueva y que los que queden en la economía vieja también vean  revalorizado su trabajo.

Sos una persona que viaja mucho por el mundo ¿Cuál es tu mirada sobre la Ciudad de Buenos Aires en comparación con otras ciudades?

El mundo es un lugar muy desigual en general, incluso con países muy organizados. Me contaban que en España no existe la Sube, que para nosotros es un derecho adquirido: que puedas comprarte un ticket de transporte público y que te sirva para todos los transportes públicos. Por lo que entiendo, todavía no existe eso. Nosotros estamos muy adelantados, pero también hay otras cosas en las que estamos muy atrasados. Barcelona tiene la lógica de las supermanzanas, que es un concepto que aquí en la ciudad se quiere aplicar muy de a poquito. En Barcelona, en el 90% de la ciudad donde vivas, tenés en un radio caminable de cinco minutos una escuela para tus hijos, un lugar para trabajar, para hacer las compras. También tenés entretenimiento en un rango caminable de cinco o diez minutos. En eso estamos muy lejos. Si vos vivís en una ciudad, tenés mucha menos necesidad de usar tu auto, que es una complicación, por ende estaríamos emitiendo muchos menos gases invernadero al medio ambiente. En eso estamos retrasados, como también tenemos en todo lo que es reciclaje. La manera en la que la Ciudad de Buenos Aires dispone de su basura es una vergüenza. Literalmente, agarramos toda la basura y la tiramos en basurales a cielo abierto en el conurbano.

Parece que la Ciudad de Buenos Aires está vedada al peronismo ¿Por qué se da este fenómeno? ¿Cuáles son las razones que te hacen pensar que el peronismo aún tiene chances de gobernar Capital Federal?

La mayor distancia que tiene el electorado porteño con el peronismo tiene que ver con que ve al peronismo reproducir lógicas y líneas que tienen que ver con el siglo pasado, que no identifica como propias de este momento para su vida cotidiana. Creo que el peronismo lo hace en muchos aspectos por pereza, por paja, por no sentarse a parar la pelota un poco y no querer salir de nuestros propios lugares de comodidad. Tenemos esta cosa de autocensura de pensar que porque el macrismo llegó antes a este fenómeno, que sin duda llegó antes, ya lo tiene conquistado, y es al revés. La vida entendida como la entienden la mayoría de los macristas se vive mucho peor. Es una vida individualista, es una vida solitaria, de hecho, por eso mismo, una parte importante de Juntos por el Cambio está tratando de adquirir una mística peronista porque está mucho más piola vivir como vivimos nosotros, tratando de colaborar, siendo solidarios en la redistribución de la riqueza para que haya más derechos. Ese fenómeno hace que el peronismo esté más vigente que nunca.